Si no queréis leer algo sin sentido, no leais este post.
Comparar. Según la Real Academia Española, comparar significa fijar la atención en dos o más objetos para descubrir sus relaciones o estimar sus diferencias o semejanzas.
Las comparaciones nacen de los sentimientos que los humanos poseen con respecto a otros (ya sean objetos, animales, personas...) y no en sentido positivo puesto que comparar conlleva a desestimar el valor de un objeto en favor a otro que posiblemente sea mayor o al menos se pretende que sea así.
Una persona a la que de verdad respeto mucho un dia me dijo una verdad tan clara como esta "el ser humano es malo por naturaleza". Y cuán cierta es esta afirmación. Entonces, si esta afirmación es correcta, Aristóteles se equivocaba ¿o en verdad estaba en lo cierto? Rosseau apoyaba que el hombre es bueno por naturaleza... pero según él, "la sociedad lo corrompe".
La sociedad. Tan envolvente y tan destructiva. Tan amigable y tan falsa.
Así es el mundo y así somos nosotros. Siempre atentando con palabras hirientes.
En el mundo de la moda, esto está a la orden del día. Si ves a X actriz tiendes a ver las imperfecciones superpuestas sobre las perfecciones. Y los celos son el mayor alimento de las comparaciones. Y sabes que no se arregla nada cuando se empieza. Ni si quiera con un "perdón pero", "lo siento pero..." o "sin ánimo de ofender pero...". ¿Véis lo que tienen en común estas frases? Así es. Una palabra. Pero. Conjunción adversativa. Ese pero que hace que todo cambie. Cuando un te quiero se convierte en mejor amigo, cuando un me gustas se convierte en una defensa ante una negación a la que se teme llegar. Es un algo y lo es todo.
Cuando se comparan a dos personas, lo que se quiere es crear un sentimiento. Superioridad e inferioridad. Un tu y un yo. Un alguien y un nadie.
Cada persona es diferente aunque la quieran etiquetar como iguales. Pero la cosa es hablar por hablar y tener algo de qué cuchichear.
En uno de los post anteriores que he escrito, había una cita de Karl Lagerfeld que dice "La personalidad empieza cuando la comparación termina". Sí. Cierto. Si se tiene personalidad no hace falta comparación. Pero si algo falta, aparece esa inseguridad que te lleva a fijarte en los demás. Y es entonces cuando aparece la negatividad en las emociones.
Las comparaciones apestan.